sábado, 15 de septiembre de 2012

No siembran ni cosechan Por Pabel Alba

No siembran ni cosechan

De paseo por la ciudad me percaté de que un hombre estaba vertiendo agua en una especie de cubo. ¿Por qué lo hará?-fue lo que me llegó a la mente. Más tarde noté que el lugar estaba rodeado de varias especies de aves y que allí iban a buscar agua para saciar su sed.

Me sorprendió mucho que en plena ciudad alguien se dedique y “pierda” su tiempo a hacer estas cosas. ¿Por qué preocuparnos por ellas? ¿Qué beneficios nos dan?

Como por arte de magia recordé las palabras de Jesús, “miren las aves del cielo, no siembran ni cosechan y sin embargo el Padre las alimenta”. Y es así. Ha puesto una persona que intuyo hace esta labor diariamente simplemente porque sí. Creo que en los ayuntamientos no hay personas contratadas para esta labor, a la sociedad le importa poco. Pero a este hombre al parecer le hace feliz. Lo hace con dedicación y esmero.

El Padre las alimenta, pero ese alimento no les cae del cielo. El alimento viene dado-en muchos casos- por personas que toman su tiempo a favor de estos animales.
Nos puede parecer una tontería. Es posible que esas aves puedan por sí solas buscarse agua para saciar la sed. Aún hay personas que viven con y en naturaleza. La cuidan, la riegan, la alimentan. ¿Cuál es el premio de todo esto? Poder vivir en un espacio sano y natural, y posiblemente, la felicidad. ¡Vete y haz tú lo mismo!

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